Sunday, August 5, 2012

La Brujería es Pecado




(Sanguma es la palabra que se usa en Papúa Nueva Guinea para hablar de la brujería.  Lo que sigue es la traducción al castellano de la Carta Pastoral que escribí hace poco sobre el tema.  Si nuestros amigos cibernéticos quieren acompañarnos en nuestra Novena abajo mencionado, se le agradecería de todo corazón.)

Hermanos,

Creer en la sanguma (brujería) es un pecado grande.  Matar o torturar un ser humano en el nombre de brujería o bajo sospechas de brujería es pecado grave.

El buen pastor tiene que proteger a todas las ovejas de su redil de los lobos.  Ahora, en la Diócesis de Mendi, hay un lobo feroz y peligroso que quiere atacar a las ovejas del rebaño de nuestra diócesis.  Ahora, tengo que levantarme para proteger este rebaño.  El nombre de este lobo se llama “la brujería”.

En estos días, en una aldea cerquita a Kumin - dónde se puede escuchar la campana de la Catedral – algunos acusaba a una mujer de ser bruja.  Me mostraron fotos muy explícitas de lo que pasaba en esos momentos: (detalles reservados).  Fue una escena del mismo infierno.  Todo esto pasó en público.  Algunos Católicos estaban presente y también algunos líderes de la comunidad.  Lo más triste es que muchos niños andaban por el lugar también. 

Tengo que decirlo claramente: Todos los que se estuvieron presentes y estaban de acuerdo y no hacían nada para oponer lo que pasaba son culpables de un pecado sumamente grave.  Les han puesto sus almas en grave peligro.  Yo les ruego que se arrepienten, que se hagan penitencia, que se confiesen y que se hagan todo lo posible para erradicar esta maldad de nuestra comunidad una vez para siempre.

El Católico no puede creer en la brujería, el vudú, la magia, la hechicería, etc.  Son creencias paganas y diabólicas.  No son compatibles con la fe Católica.

En la Biblia, San Pablo dice a los Gálatas:  “…los que hacen esas cosas (hechicería y otros pecados graves) no heredarán el Reino de Dios” (Gal 5: 19-21). 

Torturar un ser humano cómo torturaban a esa pobre mujer, va en contra de las leyes internacionales, va en contra de las leyes de Papúa Nueva Guinea y sobre todo va en contra de la ley de Dios.  Por eso, hago un llamado a los líderes de la comunidad, a la policía y a los políticos que se hagan cumplir las leyes del país y que se traigan todos los culpables a la justicia.  Al mismo tiempo le ruego a toda la gente a colaborar con las autoridades en este asunto tan importante.

Nosotros escuchamos mucho sobre la importancia para el país del desarrollo – pero muchos piensan solamente en el dinero.  Si no hay desarrollo humano y moral pues el país no va a desarrollar en ningún sentido… más bien va para la decadencia.  Hermanos, ahora es el momento para renunciar estas creencias y prácticas malignas y vergonzosas.  ¡Ahora!

Para echarle fuera a esta maldad, yo llamo a todos los fieles de la diócesis para hacer una Novena de Penitencia y para Pedir la Misericordia de Dios.  Esta Novena comienza cuando esta Carta Pastoral se lee en la Iglesia y termina nueve días después.  Algunas sugerencias para observar la Novena son las siguientes: ayunar, rezar para pedir la misericordia de Dios, hacer trabajo voluntario en la parroquia, hacer obras de caridad para con los pobres u otros necesitados.  Los líderes de las parroquias pueden reunirse con los sacerdotes y religiosas para ver la mejor forma para observar la Novena.  Quiero que esta Novena se observe en toda la diócesis porque la brujería existe en muchas partes y todos nosotros tenemos que trabajar juntos para sacar este pecado y todo pecado de nuestra comunidad.

Gracias por ´sentir con la Iglesia´.

Padre nuestro….líbranos de todo mal.  Amén.
O María, Madre del Buen Pastor, ruega por nosotros.  Amén.

San Miguel Arcángel, eres el brazo fuerte de Dios.  Eres patrono y protector de nuestro país.  Defiéndenos en los momentos cuando Satanás quiere ponernos a prueba.  Protege a la Iglesia Católica para que sea fuerte.  Ayuda a los que se extravían de Dios para que no se pierdan para siempre.  Acompáñanos por los caminos que nos conducen al cielo para que con todos los ángeles y santos podamos alabar a Dios por los siglos de los siglos.  Amén.


Fray Donato, OFM Cap.
Obispo de Mendi

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